lunes, 28 de septiembre de 2009

El éxodo de las mariposas: un instante.

Comprobar ortografía Que simple suele ser describir ese instante en el que la primer mariposa se instala en tu estómago y coloniza cada espacio de tu cuerpo sin olvidar tu espíritu en su itinerario de vuelo. Hasta existe un exceso de romanticismo en la expresión metafórica. Pero casi igualmente extraordinario es ese momento en que la mariposa que parecía reproducirse desmedidamente y ser inmortal, decide emprender viaje,sin importar hacia adonde,fuera de tus límites corpóreos.
Ese es el instante en que tomás por completo el control de todos tus movimientos moleculares, quimicamente inducidos por tu metabolismo excento de insectos con alas que alteran el equilibrio vital de la armonía de tu vida.
Ese es el momento en que te reencontrás con tus fronteras y tus límites, tus aduanas intactas y un ejército de efectivos gendarmes abstractos que se disponen a cazar mariposas al primer intento de usurpación.
Ese es el instante en que te sentís libre como antes, pero con una dosis extra; los hilos de la marioneta de tu cuerpo alterados por las oleadas ventosas del alar "maripozesco", ya cuentan con tu conducción rigurosa.
Ese es el momento en que te volatilizás con la misma capacidad de suspenderte por encima del suelo y danzar con el viento, pero sin depender de aquella maquina productora de orugas empecinada en colonizarte.
Bienvenido a "ese instante", que es solo eso...
Un instante que comienza a acabarse...

lunes, 7 de septiembre de 2009

Nos volveremos a ver...


Me succionó centrífugamente tu mirada y en tus ojos,en aquella profundidad me perdí. No más de las 9 AM y parecía ser éste tu alba, y yo como muchos testigo; testigos y espectadores a la vera de tu cama, todos dentro de tu inmensa habitación. Todavía me pregunto por qué elegiste tu cabecera mirando el sentido del tráfico y casi acariciando el cordón del Boulevard Mitre. Creo que ese fue un de todos los elementos que me detuvieron;apuesto que tenías una vista privilegiada y agudizada para no perderte cada uno de los detalles, sin embargo eso es lo que de seguro más nos falto a todos los que íbamos apretujados en pleno contacto físico, aunque totalmente incomunicados, aislados en el "C5".
Te ví pestañar, abriendo y cerrando tus ojos con empeño, tu cuerpo inmóvil abrazado en un colchón mordisqueado por algún roedor y por la vida.Tu rostro expresaba la alegría de despertar y la gratitud de hacerlo frente a un centenar de automóviles que al pasar peinaban tus canas y hacían mas fría la "matina".
No pude dejar de admirarte y me atragantó el deseo de acercarme y que me regalaras un par de palabras...Ando necesitando escuchar; escucharte creo que era el eje de mi deseo atravezado en la garganta y en el corazón. Y ahí me invadió la sensación de que ya habíamos tenido el gusto de conocernos. Esos ojos ya me habían mirado, esos brazos cansados ya me habían ragalado un abrazo.Por cuestiones absurdas y obvias de responsabilidades y obligaciones, no pude bajarme en la próxima parada y acercarme a vos...aunque al mirarme supe que eras vos el que te me acercabas...
Queda pendiente ese reencuentro, porque presiento que ya nos conocimos, de por ahí, de la vida, de lo cotidiano...
Nos volveremos a ver...

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Diablo y alcohol

Comprendo que han cambiado algunas cosas
el color de mi pelo y mi voz.
Los juegos ya no son los mismos juegos
y no hay secretos entre vos y yo.


Comprendo que no siempre estés dispuesto
a darme libertad para sentir,
yo me la tomo igual y te aseguro
que es una buena forma de vivir.

Podrás decirme que querés tocar el cielo
podré decirte que me quedo por aquí.
Son tantos días los que forman una vida
no me condenes a vivirla sin amor.

Todos tenemos un infierno en la cabeza
que no se lleva bien con nuestro corazón
hay emociones que no pueden compartirse
como te explico que me duele igual que a vos.

Si estoy rezando te vestís de diablo,
si estoy en carne viva sos alcohol;
yo siempre estoy al borde del desmayo
vos siempre estás llamando la atención.

Comprendo que no puedes con tu vida
pero yo también tengo que vivir.
No existe ningún punto de partida
si no se sabe bien a dónde ir.
Silvina Garré